jueves, 9 de marzo de 2006

El Che suplanta a Rudolf Hess

ABC 09/03/06

Los símbolos y la indumentaria de los jóvenes neonazis alemanes se ven invadidos por la efigie del revolucionario argentino, banderas rojas y pañuelos palestinos

GUILLEM SANS

El Che suplanta a Rudolf Hess
El fenómeno llama la atención desde hace varios años: en las manifestaciones de neonazis alemanes hay cada vez más banderas rojas, pañuelos palestinos y camisetas con la efigie del Che Guevara. Si bien es cierto que por ejemplo la ultraderecha de Jean-Marie Le Pen en Francia no le hace ascos a una retórica antiimperialista que distinguía antes a la izquierda revolucionaria, en la mayoría de países europeos sigue predominando el clásico cabeza rapada. En Alemania, lo que a primera vista puede parecer una ensalada ideológica muy mal aliñada va en realidad mucho más allá de la anécdota y responde al cambio de estrategia de un movimiento neonazi cada vez más dividido, que busca consolidarse en la sociedad civil y ampliar su influencia política.El ultraderechista Partido Nacional Democrático (NPD), que en 2004 entró en el Parlamento de Sajonia con el 9,2 por ciento de los votos, no prescinde de la clásica retórica revanchista y revisionista cuando se le brinda la oportunidad, como sucedió el año pasado con ocasión del sexagésimo aniversario del bombardeo aliado de Dresde. Pero temas como ese «Holocausto de bombas» son cada vez más secundarios para el NPD porque saben que con ellos no pueden ampliar más su base social. Ésa es la explicación de Lorenz Korgel, coordinador de las «unidades móviles contra la ultraderecha» en el Este de Alemania, una red de información contra los neonazis que actúa en escuelas y ayuntamientos.En su oficina de Berlín, Korgel nos enseñó decenas de fotos callejeras de neonazis absolutamente irreconocibles como tales. Pañuelo palestino al cuello, camiseta del Che Guevara, bandera de Irak en ristre y barbita de chivo. Hasta los eslóganes y el vocabulario que utilizan muchos de ellos (el verbo inglés «smash», usado con el significado de «aplastar» al enemigo político) eran hasta ahora patrimonio exclusivo del revolucionario izquierdista.En cuanto a los temas que esta nueva ultraderecha discute cada vez con más ahínco se cuentan la guerra de Irak, la ocupación israelí y la globalización, que permiten dar rienda suelta a los clásicos estereotipos antisemitas sin necesidad de pronunciarlos abiertamente. «El antisemitismo es, de hecho, una pinza que aglutina casi todos los temas», explica Korgel, aunque precisa que este antisemitismo de nuevo cuño no ha desplazado del todo al de carácter puramente racista que caracterizó al régimen nazi en Alemania.Raíces de la ultraderechaLa dinámica que impone la participación en el juego democrático -el NPD en el Parlamento de Sajonia y la Unión del Pueblo Alemán (DVU) en el de Brandeburgo- y la dificultad de cohesión de las decenas de grupos distintos de «camaradas» que existen en Alemania dio pie a los más optimistas a vaticinar un debilitamiento de la ultraderecha. Impresión equivocada, según Korgel: «Las causas del fenómeno de la ultraderecha, que son una serie de problemas económicos, de cultura política, superación del pasado, etcétera, siguen estando presentes y no van a disminuir en los próximos años».Las estadísticas parecen darle la razón. En Alemania se producen todos los días 28 delitos relacionados con la ultraderecha, dos de ellos de carácter violento. Hay, en total, unos 40.000 «ultraderechistas», cifra en la que están incluidos desde el anciano nostálgico del nazismo hasta el adolescente aficionado al rock duro racista. Según el último informe de la Oficina de Protección de la Constitución, que el ministro del Interior, Wolfgang Schäuble, presentará oficialmente en mayo próximo, el número de «neonazis registrados» ascendió el año pasado de 3.800 a 4.100, y sus organizaciones de 87 a 105. Las autoridades constatan que los grupos ultraderechistas están cada vez mejor organizados y consideran a 10.400 de sus integrantes «potencialmente violentos». Esas cifras superan con creces las de cualquier otro país europeo.

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