viernes, 14 de abril de 2006

Pagar el coste

ABC 14/04/06

CARLOS RODRÍGUEZ BRAUN

Pagar el coste
Los políticos extienden ahora la idea de que no pagar el coste de las cosas genera distorsiones nocivas que es preciso evitar ajustando costes y precios, es decir, lo que espontáneamente hace el mercado.Pero antes de celebrar que por fin los economistas liberales ponemos una pica en Flandes, recordemos el viejo cuento del escorpión que no podía dejar de aguijonear, porque estaba en su naturaleza. Y en la naturaleza de la política moderna está el recortar la libertad y los bienes de los ciudadanos.Esta semana recordó el diario «Expansión» que la factura del agua en España se multiplicará por más de dos, puesto que se generalizará en Europa a partir del 2010 la obligación de pagar por el agua lo que realmente cuesta.Hace algún tiempo incluso el periódico «El País» concluía: «Pagar más, única medida eficaz para ahorrar», e informaba de lo que algunos llevamos años denunciando: la escasez de agua en España es un problema fundamentalmente rural y no urbano, puesto que la agricultura representa el 80% del consumo; y cuando se subvenciona el agua al nivel que existe en nuestro país, donde en su uso agrícola apenas se paga el 10% del coste real, no hay forma de contener su uso y abuso.En un ámbito distinto aparece un razonamiento análogo, y en la Ley de Dependencia las autoridades apuntan que habrá una especie de copago o «ticket moderador», como el que ha sido sugerido para la sanidad. El argumento es en el fondo igual al del agua: si la interferencia política aleja los precios de los costes, ello comporta distorsiones, como típicamente es la hipertrofia de la demanda.Pero si todo esto está bien, si encaja con viejas prédicas de los economistas y con reiteradas acusaciones de los liberales, ¿por qué no aplaudir?Para que vea usted por dónde va este desconfiado columnista le pondré un ejemplo llamativo. La madre Teresa Fernández de la Vega aplaudió la subida de impuestos sobre el alcohol y el tabaco porque ello ¡mejorará la salud de los españoles!A mi juicio, la vicepresidenta recurrió a una excusa para ocultar la siguiente verdad: el Estado recauda de donde puede, con la mayor legitimidad que puede, con la mayor «anestesia fiscal» que puede, pero recauda. Y obliga a pagar.Recaudar, obligar. Ahí está la pieza que falta del puzzle. Todos los cánticos que festejan la racionalidad de elevar los precios de los servicios que dependen de las autoridades para acercarlos a sus costes pasan por alto que esto significa obligar a la gente a pagar más. ¿A que nunca ha escuchado usted nada a propósito de rebajar otros impuestos para compensar a los ciudadanos de este daño acrecentado? Pues eso.

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