ABC 23/12/06
Carlos Rodríguez Braun
Air mercado
He visto a supuestos liberales alegar que el descalabro de Air Madrid demuestra la necesidad de la intervención pública porque ¿cómo resolvería este caso el mercado libre?
En un mercado libre el protagonismo es de la propiedad privada y los contratos voluntarios de la gente, con lo que el Estado no tendría ningún papel en el transporte, ni poseería aeropuertos ni establecería regulación alguna sobre ningún sector específico. No redistribuiría rentas, y no financiaría con dinero público el viaje de nadie.
En el mercado están más claros los incentivos y las responsabilidades, y se acercan las decisiones sobre las cosas a los directamente interesados en ellas.
El intervencionismo, en cambio, los separa y disuelve responsabilidades en despachos llenos de influencias políticas, corporativas, burocráticas, sindicales. Por eso aún no sabemos quién tiene la culpa de lo de Air Madrid.
En un mercado libre la seguridad no sería una obligación burocrática uniforme sino un servicio rentable para quien lo presta y lo garantiza.
El Estado sería más eficiente y haría menos cosas, y el rápido funcionamiento de la justicia repararía los contratos incumplidos, como el del billete de avión sin vuelo. No habría acción política contra ninguna empresa, pero todas estarían sometidas a la justicia. No serían exactamente iguales las compañías, ni los aviones, ni la puntualidad, ni la seguridad, y esas diferencias quedarían plasmadas en contratos y precios.
El mercado libre no evitaría las estafas, pero las castigaría mejor, y premiaría mejor la honradez y la eficiencia, así como facilitaría la quiebra de las empresas, el pago a los acreedores y la creación de empresas nuevas.
No habría lugar a la incertidumbre y la arbitrariedad característica del intervencionismo (¿se ayuda a los de Air Madrid o a los de Afinsa?). Desaparecería la cultura del subsidio. Nadie pediría la intervención del Estado a raíz de ninguna crisis porque, al revés que ahora, el Estado no tendría nada que ver con su estallido.
sábado, 23 de diciembre de 2006
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