viernes, 8 de septiembre de 2006

Riesgo y especulación

La Gaceta de los Negocios 08/09/06

Fernando Méndez Ibisate
"Todo lucro que se obtiene contraviniendo la libertad y la competencia es abusivo"

Riesgo y especulación
PERMÍTANME aplicar al ámbito económico los argumentos de mi anterior artículo, “Riesgo y responsabilidad”, para analizar los errores graves en que incurre el pensamiento, oficial e intelectual, correcto y único, en cuestiones como el lucro y la especulación.El lucro, junto al coste, aparece en cualquier actividad humana, sea o no honorable. Un trabajador que emplea su capacidad, conocimiento y destreza se lucra, se beneficia, desde el momento en que pone su actividad a disposición del mercado, riesgo incluido. Lo mismo ocurre con el empresario, que también utiliza sus habilidades y normalmente incurre en riesgos más complejos y mayores. Sólo cuando la actividad no es honrada, el lucro pasa a ser despreciable. Pero el lucro no es indigno en sí mismo.Tampoco tiene sentido hablar de lucro excesivo o injusto en sí mismo (por ejemplo, cuando una empresa obtiene enormes beneficios), salvo que hagamos referencia a formas o fórmulas de obtenerlo amorales, delictivas o contrarias al derecho. En ese caso sí existe lucro o beneficio injusto o ilícito; no excesivo, porque aunque fuese de un céntimo sería impropio. Todo lucro que se obtiene contraviniendo la libertad y la competencia es abusivo. Y es una forma de explotación a los individuos.La especulación, como cualquier otra actividad no delictiva u honrada es digna de lucro o recompensa. De lo contrario no se realizaría, con gran pérdida para el progreso humano. Al tratarse de una actividad intrínseca del mercado no suele entenderse bien, y se confunde con estafa. La estafa sí es despreciable, pero no la especulación, que no es sino la actividad de comerciar. Gracias al comercio la humanidad ha progresado y resuelto una parte de sus problemas y necesidades sin recurrir a la violencia. La especulación, el comercio, consiste en el proceso de cambiar o, como decía Marx, transformar un activo (normalmente monetario por su cambio y aceptación universal, en representación de los bienes) por mercancías, para su ulterior transformación en activo monetario. El proceso genera una lógica ganancia que, sin embargo, suele ser mal comprendida y aceptada.Pero el especulador que, tanto hoy como en el siglo XVII, trae alfombras desde el lejano Oriente hasta Europa, las almacena y las vende por dinero, realiza un servicio a la sociedad. El desarrollo del mercado y el tecnológico a él unido, el desarrollo institucional, la globalización, como ahora se denomina, han permitido que hoy, cada vez más personas, podamos acceder a una alfombra (y su mantenimiento) sin precisar de elevadas riquezas o posición social.Esta especulación se realiza en el espacio. Pero existe otra, no menos importante, que se realiza en el tiempo (mercados financieros y de cambios, bolsas de valores, futuros, seguros...). El especulador, que pone a disposición de cualquiera que lo demande un producto distinto o distante, sea en lugar o tiempo, realiza la misma digna actividad que el productor de pan o ladrillos. Y cualquiera, panadero, albañil o especulador, puede convertirse en un estafador, o peor, si hace mal o delinque en su actividad.Más aún, todas las actividades productivas reales tienen también enormes componentes de riesgo y especulación, como por ejemplo las decisiones concatenadas que afectan a cualquier producción agropecuaria. La especulación, en cualquiera de sus formas, y los mercados denominados “especulativos”, mediante la asunción y difuminación de riesgos, la absorción de errores y la mayor eficiencia en alcanzar acuerdos o equilibrios, permiten diversificar las tareas y ampliar la especialización, incrementando la productividad y elevando la riqueza de las sociedades, como explicaba Adam Smith.Los procesos de mercado, los meros intercambios, si son libres y sin engaño, crean riqueza. No sólo la producción eficiente. Ello explica que un individuo logre una casa a partir de un simple clip de papelería. No por casualidad, cuando se intervienen los mercados, cuando aparece la decisión administrativa, la mano burocrática, la información privilegiada mediante actos gubernativos, las actividades, también la especulación o la empresa, igual que la política y la burocracia, hacen ganancias o rentas ilícitas.

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