EL PAÍS - Internacional 05/07/06
El documento aprobado por el Gobierno de Romano Prodi se titula Ciudadano consumidor y aspira a liberalizar, al menos en parte, algunos de los bastiones corporativistas que lastran la competitividad italiana y frenan el crecimiento. El taxi es sólo uno de los sectores afectados. Los farmacéuticos planean también una huelga general, y los comerciantes preparan un apagón de escaparates.Éstos son los puntos principales del plan de Prodi:
- Taxi. Los ayuntamientos concederán las nuevas licencias que consideren necesarias y los taxistas tendrán prioridad para adquirirlas, pero no podrán revenderlas y deberán contratar al menos a un empleado.
- Abogados. Desaparecerán las tarifas mínimas fijadas por el colegio profesional y se permitirá la publicidad.
- Notarios. Ya no será necesaria la firma de un notario (al menos 150 euros) para la compraventa de un coche o un ciclomotor de segunda mano.
- Farmacias. Los medicamentos con receta podrán venderse en el supermercado, en un área especial a cargo de un farmacéutico. Las farmacias dejarán de tener la exclusiva en una zona determinada, y ya no será posible dejarlas en herencia a hijos sin titulación.
- Seguros. Los agentes no tendrán que trabajar en exclusiva para una compañía.
- Banca. Los bancos no podrán cambiar de forma unilateral su contrato con el cliente y las comisiones (200 euros anuales como media) se verán drásticamente reducidas.
- Pan. Las panaderías dejarán de estar protegidas por una licencia especial similar a la de las farmacias, y la venta será libre.
- Comercio. Se suprimen las juntas locales que, conjugando burocracia y corrupción, conceden los permisos para abrir un negocio. Se liberalizan las rebajas y se suprimen las distancias mínimas entre comercios del mismo ramo.
miércoles, 5 de julio de 2006
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