La Gaceta de los Negocios 31/08/06
José Luis González Quirós
Incoherencia
Cuando hoy se piensa en caracterizar a la izquierda, hay un cierto acuerdo general en que se ha producido una mutación bastante radical de muchos de sus principios y posiciones, digamos, tradicionales. Pero hay una cosa esencial que, a mi entender, no ha variado. Y es que la izquierda se nutre de crearse una imagen de excelencia, de progreso, de todo lo bueno; pero puede seguir haciéndolo porque, para la izquierda, los ejemplos que muestran lo ilusorias y perjudiciales que han resultado sus propuestas no significan nada.
Si la realidad no resulta ser como ellos dijeron que sería, peor para la realidad. Esta realidad no puede arruinar nunca una propuesta atractiva y útil para que la izquierda pueda alcanzar y disfrutar el poder. En este rasgo, curiosamente, la izquierda se asemeja enormemente a algunos grandes capitalistas que han hecho sus fortunas al margen de cualquier buena teoría y, de ahí, que el pacto entre ellos no resulte en absoluto extraño.
¿Qué nos importa la realidad mientras podamos contarla a nuestro modo, y el público siga comprando el discurso del deseo y de los buenos sentimientos? La izquierda no necesita ser coherente, lo único que necesita es ganar sean cuáles sean las reglas: si los votos salen, mejor; pero si no salen, ya inventaremos algo. El cambio de las reglas del juego, que es impensable entre caballeros, resulta moneda de curso corriente para el buen izquierdista. La ley del embudo debería ser su emblema en lugar de cualquier flor inocente y simétrica.
jueves, 31 de agosto de 2006
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